No hemos estudiado –ni remotamente– todos los dominios del álgebra: las páginas anteriores abren, simplemente, algunas puertas que llevan a teorías difíciles, tanto por su abstracción como por la «técnica algebraica» que suponen. Pero, nuestros lectores, si poseen algunas nociones de álgebra clásica, habrán comprendido ciertamente la diferencia que existe entre ésta y el álgebra moderna. El álgebra clásica era una combinatoria, un cálculo, que afectaba a unos elementos reales (es decir, unos números que pueden ser asociados a puntos en un eje orientado provisto de un origen), o bien a unos elementos complejos (es decir, unos números que pueden ser asociados a unos puntos en un plano referido a dos ejes rectangulares Ox y Oy). El álgebra de los reales aparecía, pues, como una extensión del cálculo aritmético elemental y permitía, en especial, la resolución de ecuaciones, es decir, pasar de relaciones entre cantidades desconocidas a la determinación de...