Disfrazarse para defenderse
Confundirse con el medio ambiente El color y el dibujo de un animal tienen, por decirlo así, la función de asimilarse, a veces sin discontinuidad, a su substrato. La piel a rayas de la cebra, por ejemplo, le permite ocultarse mejor en la lejanía de la sabana que a un nu, que tiene un solo color. Para ocultarse, muchos animales adoptan un color parecido al del medio donde viven; a este parecido se le llama homocromía, es decir, similitud de colores. Algunos tienen una pigmentación constante, duradera, que es necesaria en un medio que no cambie de color. Los animales de las regiones desérticas, como el fénec o el caracal, tienen, con frecuencia, un color amarillo terroso que recuerda el color de la arena. Otros cambian de color según la estación. Entre los casos de homocromía por estaciones, podemos citar el de la perdiz de las nieves, que en invierno tiene el plumaje blanco y en verano, café.
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