El gran período del cómico francés Entre los actores procedentes del teatro o del circo, se distinguían dos figuras: André Deed y Max Linder. André Deed crea, hacia 1907, un personaje de aire aturdido, heredero del Pierrot italiano o del Augusto del circo; en 1910, rueda casi un filme por semana. Media docena de huevos frescos, Los aprendizajes de Boireau, escenifican «gags» tomados directamente del circo. Max Linder explotará una comicidad diferente. Su físico de «gomoso», de perfecto caballero elegantemente vestido, no se compaginaba con las habituales persecuciones o tartas de crema. Prefería crear situaciones extraordinarias, utilizar rasgos costumbristas, jugar con el equívoco. Convertido en una gran «estrella» en los años 1910, con sus filmes proyectados en todo el mundo, ya no tendrá muchas ocasions de hacer reír, a partir de 1914: en efecto, es movilizado y, durante ese tiempo, el personaje de Max es destro nado de todas las pantallas por otro cómico: Charlot.