La reproducción en la indiferencia
El juego del azar y la fecundación Los erizos, que viven en grupos, abandonan sus gametos, machos o hembras, y la fecundación se lleva a cabo al azar. Algunos peces también realizan la fecundación externa: los arenques y gobios, que crecen en grandes bancos, se reproducen en un período fijo, el desove, momento en que se realizan numerosas uniones; parece que la emisión de los óvulos por parte de las hembras provoca la del esperma, por los machos. En este caso tampoco hay elección de un compañero. En los gusanos poliquetos Platynereis, machos y hembras se juntan en un período determinado, suben a la superficie y efectúan danzas nupciales dibujando círculos, e incluso formando ovillos: entonces es cuando el cuerpo de las hembras, lleno de gametos, se desgarra y libera los óvulos; la hembra muere a continuación, mientras que el macho puede participar en varias fecundaciones. Puede haber reproducción incluso fuera del agua, sin que se produzca encuentro entre macho y hembra. Así, algunos pequeños miriápodos sinfilos se reproducen a través de un espermatóforo, es decir, de una especie de bolsa, elaborada por el macho, que contiene los espermatozoides. Después de un período preparatorio de marcha entrecortada, el macho emite su espermatóforo y lo pega al suelo: cuando la hembra pasa por allí fortuitamente absorbe el espermalóforo y, de este modo, queda fecundada.
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