Los países escandinavos durante las monarquías absolutas
DINAMARCA • Desde el siglo XVI al siglo XVIII, la historia de Dinamarca se caracteriza por una serie de guerras contra Suecia. Primero es Federico II (1559-1588) el que intenta reconquistar el país perdido y el que termina en el fracaso (Paz Blanca de Stettin, en 1570); después, Cristián IV (1588-1648) lanza su país a la guerra de los Treinta Años (1625). Esta intervención del rey Cristián IV, que responde así a la llamada de los protestantes alemanes en peligro y que cuenta con las bandas de Ernesto de Mansfeld para vencer al emperador del Sacro Imperio Romanogermánico, Fernando II, tiene graves consecuencias, puesto que transforma la guerra alemana en una guerra europea. Mansfeld es derrotado en Dessau y Cristián IV en Mütter; Dinamarca es invadida y firma la Paz de Lübeck (mayo de 1629), por la que se compromete a no volver a intervenir en Alemania. Atacada por Suecia en 1643, Dinamarca pierde el control del Báltico por el Tratado de Brömsebro (1645). Esta derrota es agravada con el fracaso de Federico III contra Carlos X de Suecia (Paz de Roskilde, 1685) que hace del Báltico un mar sueco, pese a la recuperación, por el Tratado de Copenhague (1660), de Bornholm y de Trondheim, que habían sido cedidos a Suecia con Escania y Halland.
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