CAPÍTULO 2. Los magnates de León. Las principales parentelas nobiliarias leonesas
I. Los Traba La familia Traba fue, sin duda, la más poderosa en tierras gallegas durante los siglos centrales de la Edad Media. Esta parentela ha sido objeto de estudio en numerosas ocasiones y desde varias perspectivas. Si Portela y Pallares estudiaron al grupo de los Traba a comienzos de los noventa,[1] López San Gil recientemente le ha dedicado una monografía en la que analiza a cada uno de los individuos de la familia.[2] También Margarita Torres les concede unas páginas en su trabajo sobre los linajes nobiliarios leoneses y castellanos.[3] Los orígenes de esta parentela son oscuros, aunque se conserva información desde principios del siglo XI. Su principal personaje a comienzos del siglo XII era el conde don Pedro Froilaz de Traba, que casó en dos ocasiones. Fruto de su primer matrimonio nacieron Vermudo, Fernando, Lupa y Jimena Pérez, y del segundo enlace, Rodrigo, García, Velasco, Eva, Toda, Urraca, Sancha, Estefanía, Elvira y Aldara Pérez. De entre los varones, los más destacados fueron Vermudo Pérez y el conde Fernando Pérez de Traba, mientras que sus hijas casaron con los principales magnates de la corte. Varios miembros de esta familia fueron los encargados de la educación de los reyes de León. Así, Pedro Froilaz había educado a Alfonso VII[4] y su hijo, el conde Fernando Pérez, fue el ayo del infante don Fernando, futuro Fernando II. El yerno del conde Fernando, Juan Arias, sería el ayo de Alfonso IX. El conde Fernando Pérez de Traba era uno de los personajes más poderosos de la corte de Alfonso VII.[5] Pero antes de integrarse en la corte imperial había permanecido durante la década de los años veinte del siglo XII en la corte de doña Teresa de Portugal, donde alcanzó gran poder. Además tuvo una relación con doña Teresa de la que nacieron dos hijas, que fueron importantes piezas para la política matrimonial de la familia. La primera de ellas fue doña Teresa Fernández de Traba, que casaría en primeras nupcias con el conde castellano Nuño Pérez de Lara y, tras enviudar, contraería matrimonio con Fernando II de León. Su hermana, doña Sancha Fernández, casó con el conde Álvaro Rodríguez de Sarria. De esta unión nacerían Rodrigo y Vermudo Álvarez, que sucedieron a su padre al frente de Sarria y Lemos. Tras su etapa en tierras lusas, don Fernando regresó a León, donde recibió el título condal en 1121; además se convirtió en el gran señor de Galicia. En 1147 aparece en varios diplomas como Comes Fernandus senior in maiore parte Gallecie, ya que dominaba gran parte del territorio gallego, donde tenía un gran patrimonio; fue asimismo tenente de Deza, Lemos, Limia, Monterroso, Sarria y Trastámara.[6] Ese mismo año capitaneaba a las tropas gallegas en la conquista de Almería. Durante los últimos tiempos del reinado del emperador, don Fernando apoyó al infante Fernando, para conseguir el trono leonés; de hecho, los cronistas afirman que fue el principal promotor de la separación de los reinos tras la muerte de Alfonso VII. En la corte de Fernando II permaneció poco tiempo, ya que falleció en torno a 1160. No obstante, sus descendientes tendrían un importante papel junto al nuevo monarca. Su hijo Gonzalo Fernández recogió el testigo al frente de la familia. Así, en 1153 confirma como comes in Gallecia.[7] Además fue tenente de Aranga, Trastámara y Monterroso.[8] Don Gonzalo casó en dos ocasiones, la primera de ellas con Elvira Rodríguez, de la que nacieron sus hijos Urraca y Rodrigo González y, en segundas nupcias, con doña Berenguela Rodríguez, de la que nacieron Fernando y Gómez González, que sería el nuevo cabeza de familia tras la muerte de su padre en 1164 y la de su hermano primogénito poco después.[9] Don Gómez se convertiría en uno de los nobles gallegos más poderosos de las cortes de Fernando II y Alfonso IX, ya que ocupó casi ininterrumpidamente las tenencias gallegas de Trastámara, Monterroso, Sarria, Toroño y Lemos, desde 1160 hasta 1200.[10] Es probable que en 1202 abandonara el reino de León, aunque no sabemos en qué dirección, pero regresó en 1208 y permanecería en él hasta su muerte en 1211.[11] Solo hay constancia de un matrimonio del conde Gómez. Estuvo casado con doña Elvira Pérez, de la que tuvo a Rodrigo, Urraca, Sancha, María, Fernando y Velasco Gómez. Rodrigo Gómez sucedió a su padre al frente de la familia. En 1202 fue nombrado tenente de Trastámara, Montenegro y Sarria. Estuvo al frente de estas y otras tenencias gallegas hasta la muerte de Alfonso IX de León y se resistió a Fernando III. Casó con la noble castellana Mayor Alfonso de Meneses. Doña María Fernández fue una de las hijas del conde Fernando Pérez de Traba, que en torno a 1140 casó con el conde Ponce de Cabrera. Mientras que su hermana, Urraca Fernández, casó con Juan Arias, hijo de Arias el Calvo, y fue la encargada de criar a Alfonso IX. Gracias a esta política matrimonial el conde Fernando Pérez estrechó los lazos con los Lara y los Cabrera y, posteriormente, con el monarca leonés. Volviendo a los hijos del conde Pedro Froilaz de Traba, también hay que destacar al conde Vermudo Pérez, que tuvo una carrera paralela a su hermano, don Fernando. Tuvo, al menos, ocho hijos, aunque no todos participaron por igual en la escena política leonesa. Destaca entre ellos Fernando Vermúdez, que le sustituyó al frente de las tenencias que había ostentado, aunque permaneció durante largo tiempo en la corte portuguesa. En cuanto a su hija doña Teresa Vemúdez, casó con Fernando Arias, hijo de Arias el Calvo, que fue uno de los personajes que mayor tiempo permaneció en la corte leonesa al servicio de Fernando II y Alfonso IX, pues confirmó más de setenta diplomas regios entre 1164 y 1200. De este matrimonio nació Juan Fernández de Limia, que fue el primer alférez de Alfonso IX y sería nombrado mayordomo en 1192; además, estuvo al frente de importantes tenencias gallegas como Limia,[12] Monterroso y Trastámara,[13] Toroño, Mimalda, Rueda y Allariz,[14] Montenegro,[15] y también Salamanca.[16] Fue uno de los principales apoyos de Alfonso IX durante todo su reinado. Toda Pérez era otra de las hijas del conde Pedro Froilaz. La dama casó con el asturiano Gutierre Vermúdez. De este matrimonio nacería Vela Gutiérrez que, en torno a 1149, casaría con Sancha Ponce, hija del conde Ponce de Cabrera. La familia Traba estuvo estrechamente vinculada con multitud de monasterios gallegos: como Sobrado, donde en 1142 don Fernando y Vermudo Pérez y la hija de este, Urraca Vermúdez, introdujeron la reforma cisterciense. Además hicieron grandes donaciones a San Martín de Jubia, Monfero, Caabeiro, San Paio de Antealtares y Noguerosa. .grande { clear: left; margin-top:30px; height: auto; width: 80%; } .grande img { height: auto; width: 100%; } .grande .piedefoto { font-size:80%; padding:15px; text-align:left; font-style:italic; line-height:110%; }
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