Hacia la Independencia
—¡No!, ¡tú me perteneces!, ¡y ahora nadie te arrancará de aquí! ¡Oh!, ¡no he olvidado la insolencia de tus grandes ojos tranquilos y de qué manera me aplastabas con la altivez de tu belleza! ¡Ahora me toca a mí! ¡Eres mi cautiva, mi esclava, mi criada! (…) ¡No intentes huir, que te mato!Salammbô (Flaubert, ed. 2002, 220)Hemos terminado el capítulo anterior hablando de la crisis económica mundial, recordando cómo los países colonizados se llevaron la peor parte. Esta situación avivó los descontentos y supuso el cimiento sobre el que se levantaron los movimientos organizativos, partidos políticos y asociaciones sindicales que encabezaron la lucha por la Independencia tunecina. En abril de 1938 la tensión en la capital fue máxima, con grandes manifestaciones en las calles. Durante la II Guerra Mundial Francia escribió una de las páginas más oscuras de su historia precisamente de la mano de su administración colonial, que quedó fiel a las potencias del Eje...
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