La celebración del Primer Congreso Médico Regional de la Isla de Cuba fue un gran éxito, superando hasta las predicciones más optimistas. De acuerdo con la Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, ese triunfo había demostrado «el estrechamiento de los vínculos que nacen del ejercicio de la libertad sin tutelas innecesarias y vergonzosas», mientras que en el Repertorio Médico Farmacéutico Antonio González Curquejo lo calificaba como «uno de los acontecimientos más importantes sino el más importante de todos» de los que habían tenido lugar en el país al comenzar el año 1890.[1] Desde las páginas de El Progreso Médico se elogió con todo tipo de adjetivos la labor realizada, sinónimo de ilustración, inteligencia, íntima armonía, franca cordialidad, orden admirable, respeto unánime. Una mención especial se dedicó a los médicos de la Isla, poseedores de «todas las grandes virtudes que conducen a la sabiduría» y entre éstos en particular para los...