XV. Salen de Xicalango y llegan a Tabasco y de lo que les sucedió allí
Como viésemos que nos deteníamos allí y mucho que la vida se nos gastaba, pedimos al padre vicario que nos despachase de allí. Viendo que de los que andaban en busca de los libros y cuerpos no habían nuevas y que no nos habíamos de ir sin ellos, acordó que él y fray Juan de Cabrera, fray Alonso de Villalva, y fray Domingo de Vico y fray Juan Guerrero se quedasen allí y que esperasen a los demás para enterrar si algún cuerpo pareciese y para poner cobro en los libros que se hallaren, y que los demás se fueren a Tabasco. Y así se hizo. Y dándoles su bendición y fray Tomás de la Torre por vicario y la comida que los indios ofrecieron, los despidió en las canoas que trajo Ximenes y en otras dos que los de Xicalango añadieron con toda voluntad. Salieron el miércoles para aquella poderosa laguna; iban con grandísimo placer. Más que desde que salieron de España habían tenido, porque iban las canoas atadas de dos en dos y así no podían peligrar y la laguna es dulce,...
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