Bago
“Buen día, Bago.” Ismene formula este augurio todas las mañanas al despertarse, y todas las noches dice: “Buenas noches, Bago”, cuando ya se dispone a dormir. De no hacerlo así, le parecería empezar y terminar mal la jornada; es más, le parecería no poder iniciarla ni terminarla. Como si en otros tiempos no hubiese dicho “buen día” y “buenas noches” a sus padres. Luego solamente a la madre, cuando el padre murió. Luego solamente a Bug, cuando murió también la madre. Y ahora únicamente a Bago, pues también murió Bug, el que tenía tantos pelos sobre los ojos y una mirada humana. A Ismene se le olvida a veces desearle un “buen día” o “buenas noches” a su marido, sin preocuparse de empezar y terminar mal la jornada. Pero Rutiliano está poco en casa, casi siempre anda de viaje... Una mañana, Rutiliano abrió la puerta y preguntó: — ¿Con quién estabas hablando? —Tal vez hablaba dormida —respondió Ismene, sin ninguna dificultad. Ni...
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