Cumandá:17
Cumandá de Juan León Mera Capítulo XVI - Sola y fugitiva en la selva En nuestra zona, cuando el cielo está limpio de nubes, las estrellas despiden tanta luz que reemplaza a la de la luna; merced a ella Cumandá pudo guiarse fácilmente en su fuga. Caminó largo trecho formando ángulos entre las márgenes del río y el fondo del bosque. Halló un arroyo, y le pareció buen expediente, para hacer que desaparezcan del todo sus huellas, el caminar otro largo espacio por dentro de él. Luego tomó la ribera del Palora y descendió por ella rectamente; y volvió a dejarla cuatro veces, y otras cuatro tornó asimismo a caminar por sus arenas. Esta manera de caminar alargaba el trayecto; pero con ella pretendía la joven desorientar a los jívaros que luego se lanzarían en su persecución; y que tienen el instinto del galgo para seguir una pista. Las monótonas voces de los grillos y ranas turbaban el silencio del desierto; de cuando en cuando cantaba la lechuza, o el viento...
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