El Carlanco
El Carlanco de Fernán Caballero Era vez y vez una cabra, muy mujer de bien, que tenía tres chivitas que había criado muy bien, y metiditas en su casa. En una ocasión en que iban por los montes vio a una avispa que se estaba ahogando en un arroyo; le alargó una rama, y la avispa se subió en ella y se salvó: -¡Dios te lo pague, que has hecho una buena obra de caridad! -le dijo la avispa a la cabra-. Si alguna vez me necesitas, ve a aquel paredón derrumbado, que allí está mi convento. Tiene este muchas celditas que no están enjalbegadas, porque la comunidad es muy pobre, y no tiene para comprar la cal. Pregunta por la madre abadesa, que esa soy yo, y al punto saldré y te servir de muy buen agrado en lo que me ocupes. Dicho lo cual echó a volar cantando maitines. Pocos días después les dijo una mañana temprano la cabra a sus chivitas: -Voy al monte por una carguita de leña. Vosotras encerraos, atrancad bien la puerta, y cuidado con no abrir a nadie, porque anda por...
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