El clavo :2

15/12/2010 1.244 Palabras

- II -Escaramuzas Luego que hube dado la mano a la desconocida para ayudarla a subir, y que ella tomó asiento a mi lado, murmurando un «Gracias... Buenas noches...» que me llegó al corazón, ocurrióseme esta idea tristísima y desgarradora: -¡De aquí a Málaga sólo hay dieciocho leguas! ¡Que no fuéramos a la península de Kamtchatka! Entre tanto, se cerró la portezuela y quedamos a oscuras. Esto significaba ¡no verla! Yo pedía relámpagos al cielo, como el Alfonso Munio de la señora Avellaneda, cuando dice: ¡Horrible tempestad, mándame un rayo! Pero, ¡oh, dolor!, la tormenta se retiraba ya hacia el Mediodía. Y no era lo peor no verla, sino que el aire severo y triste de la gentil señora me había impuesto de tal modo, que no me atrevía a cosa ninguna... Sin embargo, pasados algunos minutos, le hice aquellas primeras preguntas y observaciones de cajón, que establecen poco a poco cierta intimidad entre los viajeros: -¿Va usted bien? -¿Se dirige usted a...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info