El conde de Montecristo: 4-08
El conde de MontecristoCuarta parte: El mayor CavalcantiCapítulo 8 de Alejandro Dumas Capítulo octavoLas actas del club El señor Noirtier esperaba vestido de negro, instalado en un sillón. Cuando hubieron entrado las tres personas a las que deseaba ver, miró a la puerta, que al punto cerró su criado. -Cuidado -dijo Villefort en voz baja a Valentina, que no podía disimular su alegría-, cuidado, pues si el señor Noirtier quiere comunicaros algo que impida vuestro casamiento, debéis hacer como si no le comprendierais. Valentina se sonrojó, pero no respondió. Villefort se acercó a Noirtier. -Aquí tenéis al señor Franz d'Epinay -le dijo-. Le habéis llamado, y al punto acude a vuestra llamada. Sin duda todos nosotros deseábamos esta entrevista hace mucho tiempo, y me alegraré de que os demuestre cuán poco fundada era vuestra oposición al casamiento de Valentina. Noirtier no respondió sino por una mirada que hizo estremecer a Villefort. Y con sus ojos hizo seña a...
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