Ismael : 40
Ismael : 40 de Eduardo Acevedo Díaz Camero, como le llamaba Sinforosa, lleva el clarín a la boca e hincha la pulpa; pero al arrancar al instrumento los terribles sones de la matanza, una bala se lo troza por el cuello y en el choque le quiebra dos dientes. El escuadrón con todo, se había movido impetuoso. Casimiro tira el fragmento de la trompa que quedaba en su mano, desnuda la daga y con la sola espuela que tenía en el pie desnudo aguijonea su caballo que se abalanza despavorido en la humareda. Ya encima del cerco, el clarín descubre a un lado la pieza y a un artillero con la mecha encendida: la hueste cargaba en nutrido montón, y la descarga iba a sembrar la calle de sangrientos despojos. Camero no trepida; e iba ya a arrojarse al suelo, cuando su caballo recibe un proyectil en la cabeza que lo derrumba inerte. El clarín rueda junto al cerco como una peonza. La carga flaquea, y los primeros escalones vuelven bridas. De uno de ellos se...
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