La campana de Huesca: 08
Capítulo VII 08 Pág. 08 de 35 La campana de Huesca Antonio Cánovas del Castillo Que no hace más sino proseguir la materia del anterior Tú viniste a derramar, ángel puro, en el altar las lágrimas del pecado. (El Rey Monje, drama nuevo.) -Hablad, hermano -dijo el abad, después de contemplar por breve espacio al monje-. Hablad, y decidme en qué puedo favoreceros o ayudaros; no hayáis temor, que delante estáis de quien es pecador como vos. -¡Padre mío! -dijo con voz contrita el monje-. Yo siento sobre mí la ira de Dios. -Pecador: Dios es misericordioso, como tremendo en su ira. -Es que su ira comienza a cumplirse en mí. -Haced penitencia, cuanta baste a desarmarla. -Sí haré, sí haré -continuó el monje-. Sabré cumplir cuanta penitencia me impongáis, y no habrá una que me espante, ni dar la boca al polvo, ni exponer los miembros al cilicio y al fuego. Mas, absolvedme, padre mío, absolvedme y que no vea yo tan sobre mí a la...
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