La corona de fuego: 55

25/03/2011 3.955 Palabras

La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira de José Pastor de la Roca Capítulo II - La entrevista ¡A qué tanto rencor, tanta insolencia, Tal empeño en su torpe negativa! Refinada imprudencia Que aleja un rasgo de real clemencia Y la venganza aviva. Ataulfo, exaltado y comprimido a la vez por aquel estruendo que llamaba a las puertas de su mismo alcázar y provocara su amor propio herido, parecía ceder al abatimiento y a la postración moral: zumbaba en su mente todo un vértigo de sensaciones, a cuyo reo gemía el corazón con el rugido de una impotente cólera. En esta situación acerba, en este éxtasis contradictorio solo una idea risueña y consoladora venia a reanimar su espíritu y a infundirle un destello supremo y halagüeño. Constanza, ángel hermoso con sus sueños de amor y ventura descendencia como una hechicera visión celeste, acariciábale con sus alas, sentía él la voluptuosa impresión de su aliento impregnado de embriagador...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info