Introducción La Segunda Guerra Mundial modificó la relación entre los colonizadores y los colonizados. Al final de la contienda, victoriosa para las democracias liberales y la URSS, cuatro grandes imperios coloniales subsistían: el imperio británico, el imperio francés, el imperio holandés y el imperio portugués. La acción colonial de la Gran Bretaña, Francia y Holanda tuvo, entre sus múltiples facetas, la de introducir ciertos elementos culturales, como facilitar la educación y la formación universitaria de miembros de las élites colonizadas en los grandes centros universitarios de la metrópoli. Entre otros muchos factores, éste tuvo una notable incidencia en el desarrollo de los siempre latentes sentimientos anticolonialistas, por otra parte ya sólidamente arraigados antes del conflicto que se inició en 1939 en países como la India.