Memorias de la casa de los muertos. Cap I - El hospital
Pocos días después de las fiestas de Navidad caí enfermo y fui conducido al hospital militar, situado a una media versta del penal. Era un edificio de un solo piso, vastísimo y pintado de amarillo. Todos los veranos se empleaban numerosos sacos de ocre para enjalbegarlo. En su inmenso patio existen varias dependencias, destinadas a oficinas, habitaciones para los médicos, etc.; el cuerpo principal del edificio constituía el hospital propiamente dicho. Las salas de éste eran numerosas; pero como sólo había dos reservadas para los penados estaban siempre llenas y a veces era preciso juntar las camas. Ocupaban estas salas del hospital los desgraciados de todas las categorías, desde los arrestados y los condenados por la jurisdicción militar hasta los forzados de la sección militar y los procedentes de las compañías disciplinarias. ¡Triste institución en la que se recogía a los soldados de mala conducta para corregirlos y de la cual salían, sin embargo, al cabo de un...
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