Preludio (1-Balart)
Sus mejores versos Preludio de Federico Balart Yo te bañé con mi llanto, yo te abrí la obscura caja, Y, dominando mi espanto, yo te vestí la mortaja: blanca toca y negro manto. Tu cuerpo cubrí de flores, e ceñí por corona (¡postrer don de mis amores!) de tu Patrona la Virgen de los Dolores. Después, en mi fiebre amante, junto a ti me arrodillé y, convulso y delirante, sobre tu yerto semblante la cabeza recliné; y, abismado en el dolor, seis horas pasé mortales hablándote de mi amor, al trémulo resplandor, de los cirios funerales. El sentido al fin perdí; y, sin que yo lo advirtiera, alguien me arrancó de allí: ¡muriera yo junto a ti, primero que en mí volviera! ¿Qué sentí? -Lo que, abatida por la zarpa del león, sentirá la cierva herida; lo que la garza, oprimida por la garra del halcón: Algo que no es vil excusa ni santa conformidad; que ni asiente ni rehúsa; ¡horrible mezcla confusa de estupor y de ansiedad! Por salir de aquel estado pugnaba con...
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