Rasputín, un poder en la corte del zar
Profeta o demonio «La hija de Rasputín murió ayer en Los Angeles» titularon los teletipos norteamericanos el 29 de septiembre de 1977. «La semilla de Rasputín borrada de la faz de la tierra», afirmaba una publicación sensacionalista. El hecho era que María Bern, antes María Rasputinova, única hija superviviente del «monje loco», fue encontrada muerta por una vecina en su, casa del barrio de Silverlake (Los Angeles). La fallecida tenía 77 años, y las paredes de su destartalado apartamento estaban llenas de viejas fotografías de la aristocracia rusa y del propio Rasputín rodeado de la familia del zar. Ante un retrato del mismo seguía ardiendo una lamparilla, como si se tratara de un viejo icono.
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