Realidad: 27
Realidad de Benito Pérez Galdós Escena VII OROZCO; JOAQUÍN VIERA. VIERA.- (Abrazándole con efusión.) ¡Tomás de mi alma! OROZCO.- Joaquín... ¿qué tal... qué me cuenta usted? VIERA.- ¿Y tu mujer? ¡Siempre tan guapa, tan buena!... ¡Qué placer me causa verte! OROZCO.- ¡Cuánto tiempo!... VIERA.- Sí... Y tú estás bueno... buen color... Abrázame otra vez... aprieta, aprieta. Tomás, querido Tomás. Te conocí niño, después mozo, hombre al fin. ¡Cómo reverdecen en nuestra alma los antiguos cariños cuando vamos envejeciendo! Y ahora que me agobian tantas desdichas... ¡Ay, hijo mío! (Con emoción.) OROZCO.- Ya, ya sé que en Madrid ha encontrado usted algunas novedades poco gratas. VIERA.- No me digas... A Federico me le encuentro medio trastornado... Mi hija... mi angelical Clotilde... Mejor que yo sabes tú lo ocurrido. Figúrate mi pena... OROZCO.- Me la figuro. Pero usted... creo yo... con tanto viajar y las largas ausencias, ha perdido el...
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