Sancho Saldaña: 30
Capítulo XXX 30 Pág. 30 de 49 Sancho Saldaña José de Espronceda ¿Vos, Hernando, en Arjonilla?, dijo Peransúrez cuando se vieron apartados del ventorrillo, todo lo que hubiera sido menester para no ser de nadie entendidos. MARIANO JOSÉ DE LARRA, El Doncel de D. Enrique el Doliente. Volvamos ahora a nuestro Zacarías, que contando su dinero, y aunque no muy satisfecho de Saldaña, alegre con su aventura caminaba a paso de lobo hacia el campamento de los partidarios del nieto de Alfonso el Sabio. Ocupaba su ejército las llanuras que se extienden camino de Segovia a la derecha de Iscar, en una legua de circunferencia, donde mil diversas banderas flameaban al aire en las tiendas de los capitanes. Sobre un cerro, cuya superficie plana daba lugar bastante para establecer parte del campamento, y que en medio de aquellos llanos se levantaba como en un sitio de distinción, estaban las tiendas de los jefes principales, que trajeron gentes de armas y que usaban...
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