Sexto Libro de La Galatea: 39
Bien se echó de ver en el canto de Galatea que respondía al malicioso de Lauso, y que no estaba mal con las voluntades libres, sino con las lenguas maliciosas y los ánimos dañados, que, en no alcanzando lo que quieren, con vierten el amor que un tiempo mostraron en un odio malicioso y detestable, como ella en Lauso imaginaba; pero quizá saliera deste engaño, si la buena condición de Lauso conosciera y la mala de Silena no ignorara. Luego que Galatea acabó de cantar, con corteses palabras rogó a Nísida que lo mesmo hiciese; la cual, como era tan comedida como hermosa, sin hacerse de rogar, al son de la zampoña de Florisa, cantó desta suerte: NÍSIDA Bien puse yo valor a la defensa del duro encuentro y amoroso asalto; bien levanté mi presumpción en alto contra el rigor de la notoria ofensa. Mas fue tan reforzada y tan intensa 5 la batería, y mi poder tan falto, que sin cogerme amor de sobresalto, me dio a entender su potestad...
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