LA Inquisición había sido fundada un siglo antes, pero en el siglo XIII sus poderes amenazaban ya asfixiar la vida misma de la Iglesia, que se servía de ella para mantener su poder más que de ninguna otra de sus instituciones. Los poderes inquisitoriales sobre los libros en latín era, al parecer, relativamente limitados, y las universidades defendían bien sus derechos y privilegios, pero sólo en tanto que grupos minoritarios de cultura, interesados fundamentalmente en el mantenimiento del statu quo. En lengua vulgar, sin embargo, la cosa era muy diversa, y la Inquisición se esforzaba en impedir toda investigación en los fenómenos naturales y todo contacto de la gente con obras sobre filosofía, moral, etc. Así, las doctrinas «secretas» se difundían por medio de poemas y ficciones literarias. El siglo XIII era muy escéptico, y la doctrina tradicional estaba ya muy desacreditada, por lo cual la reacción de la Inquisición estaba endureciéndose en tiempo de Dante hasta...