Flora intestinal
Funciones principales Función nutricional y metabólica. La flora intestinal ayuda a digerir alimentos que el organismo humano no puede procesar por sí solo, como ciertos polisacáridos complejos y fibras. Durante la fermentación de estos compuestos, se producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como el ácido acético, propiónico y butírico, que sirven como fuente de energía para las células intestinales y tienen efectos beneficiosos en todo el cuerpo. Además, la microbiota sintetiza vitaminas del grupo B y vitamina K, y facilita la absorción de minerales como el calcio, el hierro y el magnesio. Función protectora. La flora intestinal actúa como una barrera frente a la invasión de microorganismos patógenos. Ocupa espacios y compite por nutrientes con bacterias dañinas, impidiendo que estas se implanten y causen infecciones. Además, produce sustancias antimicrobianas y acidifica el medio intestinal, dificultando el crecimiento de patógenos. Función inmunológica. La microbiota intestinal juega un papel clave en el desarrollo, estimulación y modulación del sistema inmunitario. Estimula la producción de células inmunitarias y ayuda a distinguir entre lo propio y lo extraño, fortaleciendo las defensas frente a infecciones bacterianas y virales. También mantiene un equilibrio entre la respuesta inflamatoria y la tolerancia inmunológica, evitando reacciones excesivas o autoinmunes.
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