Orígenes del conflicto La causa principal fue la invasión iraquí, ordenada por su presidente, Saddam Hussein, de Kuwait, pequeño emirato estratégicamente situado al que consideraba como parte del territorio nacional. Dicha invasión se materializó el 2 de agosto de 1990, y fue condenada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En un sólo día, el ejército iraquí llevó a cabo esa invasión, con el objetivo de apoderarse del petróleo kuwaití para enjugar los gastos de la larga y desastrosa guerra mantenida durante la década anterior con Irán (1980-1988), que le había costado al país, también, medio millón de muertes. Así, juntando las reservas de crudo kuwaitíes con las iraquíes, el régimen de Bagdad controlaría el 20 % de la producción mundial.