Canto de la calenda
[Kalenda]. El Breviario Romano interpretado por los diversos costumbrarios monásticos y capitulares, llamados también consuetas, ordenaba que al final de la hora de prima, reunido el convento en la sala capitular o en el propio coro, según costumbre, se cantasen o recitasen los elogios de los santos cuya fiesta o conmemoración del dies natalis (esto es, natalicio para el cielo) o depositio (día de la sepultura) tenía lugar el día siguiente, según el Martirologio Romano. El canto se iniciaba anunciando el día en cuestión según el cómputo romano, a saber con relación a las kalendas, las nonas y los idus del respectivo mes. Comoquiera que los días de las kalendas son más numerosos que los de las nonas y los idus y, por eso mismo, se escuchaba más veces al comienzo de la recitación, tal canto se llamó de la calenda. En el rito romano y monástico la recitación se realizaba, por lo general, en el tono romano de las lecciones de maitines. Pero había iglesias que...
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