I. BIOGRAFÍA Realizó sus primeros estudios musicales dentro del ámbito familiar y vinculado a la banda infantil de su pueblo natal. Durante esta etapa de formación influyó poderosamente en él contacto con la música popular y su acercamiento a la rumba y a otras expresiones de canto y baile de procedencia africana que practicaban los trabajadores del almacén de azúcar que administraba su padre. En 1935, al trasladarse a La Habana, recibió clases de la profesora Leonor Feliú y se matriculó en el Conservatorio Peyrellade, donde completó los estudios de armonía, contrapunto y solfeo. Su primera composición escrita, Canción triste, para piano, data de estos años. Concluyó la carrera de Composición con José Ardévol en el Conservatorio Municipal de Música de La Habana. Durante su permanencia en este centro integró la Sociedad Amadeo Roldán, que tuvo entre sus objetivos dar a conocer las obras de este compositor y al mismo tiempo difundir lo que creaban los estudiantes. En 1950 tal asociación se convirtió en la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, que agrupó no sólo a los compositores sino al resto de las especialidades del conservatorio y a otros intelectuales con la finalidad de rescatar los valores culturales del pasado y promover los nuevos. En el mismo año 1950, cuando Blanco se desarrollaba musicalmente dentro de la corriente nacionalista, ganó el Premio de Música del Movimiento Cubano por la Paz con la Cantata de la paz y el Premio de Música Coral en 1951 con la obra Tríptico coral para contralto, coro y conjunto de percusión; también en esa década compuso la música para la película El Mégano de los realizadores Tomás Gutiérrez Alea, Julio García Espinosa y José Massip, y Elegía, para orquesta sinfónica. En enero de 1959 dejó el bufete donde trabajaba como abogado –se había graduado en 1942– para dirigir la radioemisora CMZ del Ministerio de Educación y posteriormente la Banda del Estado Mayor General del Ejército Rebelde, hasta 1961, año en que fue designado profesor de Historia de la Música del Conservatorio Alejandro García Caturla. Seis años después, en 1967, fue nombrado director nacional de música del Consejo Nacional de Cultura. En 1959 había compuesto su última obra convencional dentro del nacionalismo que cultivaba desde 1948: el Quinteto nº 2 para flauta, trompa, piano y cuatro timbales.