Juan de Araujo
I. BIOGRAFÍA Respecto a los años de nacimiento y muerte de Araujo subsisten dudas. En sus más recientes investigaciones, R. Stevenson opta por 1648, sin haber podido confrontar todavía la partida de nacimiento en Villafranca. En otras fuentes aparece 1646. En cuanto al año de su muerte, fechada en principio hacia 1714, el mismo Stevenson mantiene que ésta tuvo lugar “antes del 30 de septiembre de 1712”, luego de haber descubierto una posterior anotación en las AC de la catedral de Sucre: en ese momento, los canónigos de la ciudad votaron como su sucesor a Antonio Durán de la Mota. Araujo llegó a Lima muy pequeño, con su padre, funcionario del virrey conde de Lemos, e ingresó en la Universidad de San Marcos. Se presume que estudió música en Lima con Tomás de Torrejón y Velasco, pero no existe certeza de ello. Narra Stevenson que a raíz de un problema estudiantil fue expulsado de la universidad. Viajó luego a Panamá, donde consta su estancia como MC de la catedral. Al volver a Lima hacia 1672 recibió las órdenes sacerdotales y fue nombrado maestro de la capilla catedralicia, puesto que ejerció hasta 1676, siendo su sucesor en el cargo Torrejón. En ambas catedrales “fue muy aplaudido por la suma destreza de sus composiciones” y por el “cuidado y vigilancia que siempre mostraba en la enseñanza a los coristas”, según certifica el Libro de acuerdos XIII de la Audiencia de Charcas. Se supone que se le contrató en la catedral de Cuzco y en 1680 pasó a la de Sucre (actual nombre de la antigua Charcas o La Plata, Bolivia), donde permaneció hasta su muerte. Samuel Claro señala su paso por Guatemala. De su tarea en Cuzco quedan como elemento probatorio las obras que guarda el seminario de San Antonio Abad, pero no hay otra documentación. La presencia de Araujo en Sucre coincide con el período más opulento de la audiencia de Charcas, de la que fue capital. Más de treinta años de trabajo en esa ciudad dieron como resultado una extraordinaria producción. Se han catalogado 158 obras de las que se afirma su autoría, pero en Sucre, y seguramente en otros archivos americanos, existen muchas composiciones suyas que figuran como anónimas. Sólo un estudio detenido de esos manuscritos podrá desvelar esta hipótesis. Evidentemente la obra de Araujo perduró en el tiempo, como prueban las ejecuciones posteriores que se inscriben en las portadas de los manuscritos, las obras con doble texto para otra festividad, los agregados de instrumentos en varias partes hacia fines del siglo y las variantes melódicas en las coplas en las que consigna su nombre Blas Tardío. Las obras del archivo de Moxos ofrecen una prueba irrefutable de esto: en 1929 se seguían utilizando.
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