Fiel a la «ciudad madre» original Puesto que Canaletto reprodujo con todo detalle el aspecto de las iglesias, monasterios y palacios en el siglo XVIII, hoy algunos lugares del reconstruido centro histórico y la ciudad nueva se parecen más a la Varsovia antigua que la «madre de todas las Polonias» poco antes de ser destruida. Así lo ha demostrado el historiador Lewis Mumford. La iglesia de la Visitación de Nuestra Señora (siglos XV-XVI), por ejemplo, situada en la ciudad nueva sobre una terraza que da al Vístula y remodelada en diversas ocasiones, recuperó su antigua apariencia gótica; solamente el presbiterio fue conservado en el estilo del siglo XVIII. La actual plaza del Mercado, también en la ciudad nueva y originariamente dos veces más grande que la de la ciudad vieja, se corresponde asimismo con la del siglo xviii. La cúpula central de la iglesia de las Sacramentinas, concluida en 1689 para rememorar la victoria sobre los turcos, vuelve a alzarse orgullosa sobre las reconstruidas casas del mercado de la ciudad nueva. La de Varsovia es la historia de una continua dialéctica de destrucción y reconstrucción. En 1596, Segismundo III Vasa eligió la ciudad como residencia y la convirtió en la capital de Polonia. A mediados del siglo XVII, en la guerra por la sucesión al trono polaco, Varsovia fue arrasada por los suecos; en 1794 rusos y austríacos la tuvieron bajo asedio durante de dos meses. Después de la tercera partición de Polonia, Varsovia fue designada capital del diminuto ducado del mismo nombre, y, como centro del movimiento nacional, la ciudad vivió en 1830-1831 una primera insurrección contra la ocupación rusa. No obstante, éstos sofocaron duramente la revuelta, y reforzaron los bastiones y muros defensivos existentes mediante una gigantesca ciudadela con seis fuertes avanzados, a fin de mostrar claramente a los varsovianos los límites de sus ansias de libertad. Las barbacanas, como se denominaban estas obras avanzadas para la defensa de las puertas de la reconstruida fortificación de la ciudad, que data del siglo XVI, se emplean hoy como salas de exposición.